La
filosofía, entendida como el intento de alcanzar una comprensión
racional de la totalidad y profundidad de lo real, comienza en Occidente con
los griegos. En los siglos VI y V a.C. este magnífico pueblo,
desprovisto casi por completo de una tradición literaria escrita, nos sorprende
con una escenario vital nuevo: hombres como los milesios, Heráclito,
Parménides, Pitágoras, los sofistas, Sócrates...
reclaman el uso de la Razón (Logos) y de la Teoría, frente a la
imaginación y los mitos (recursos de la cultura tradicional), para dos tareas
fundamentales: la comprensión del mundo y la guía y disciplina de la conducta
para la vida buena y feliz. Nosotros, herederos de estas pretensiones, seguimos
ensayando este proyecto con mayor o menor fortuna.
"La filosofía es un
enorme apetito de transparencia y una resuelta voluntad de mediodía. Su
propósito radical es traer a la superficie, declarar, descubrir lo oculto o
velado ―en Grecia la filosofía comenzó por llamarse aléteheia, que
significa desocultación, revelación o desvelación; en suma, manifestación―. Y
manifestar no es sino hablar, lógos. Si el misticismo es callar,
filosofar es decir: descubrir en la gran desnudez y transparencia de la palabra
el ser de las cosas, decir el ser ―ontología―. Frente al misticismo, la
filosofía quisiera ser el secreto a voces."
Ortega y Gasset: ¿Qué
es filosofía? , Lección V
"Por todas partes vengo sin hacer otra cosa que persuadiros a los más jóvenes y a los más viejos de que antes y con más empeño que de vuestros cuerpos os preocupéis de vuestra alma de modo que sea lo mejor posible, y vengo proclamando que la virtud no deriva de la fortuna, sino que, al contrario, de la virtud derivan la fortuna y todos los demás bienes humanos, tanto privados como públicos."
Platón, Apología,
30 a-b